Por su parte, Haruhi seguía a Kaoru, notando que el hombre frente a ella
estaba tan molesto que ni se había percatado de la presencia ajena. Finalmente el
más alto entró en un aula quedándose ella afuera para revisar que no saliera;
cuando justo estaba por avisarle a través de un mensaje de texto a Tamaki dónde
estaba, este llegó junto a Kyouya, empujándole prácticamente dentro de la
habitación.
El secretario, por su parte, no parecía comprender el accionar del
director, aunque no por ello le detuvo, puede que eso fuera lo que necesitaba
para poder conversar por fin con aquel muchacho de madura actitud y cabellos
rojizos que tan loco le traía.
Cuando estaba por voltearse a decir algo, se percató de que se
encontraba dentro de una de las aulas, observando a su alrededor hasta verlo. Allí
estaba él, mirando por la ventana como cada vez que se enojaba. A veces llegaba
a ser terriblemente predecible.
- ¿No te preocupa que entre algún alumno? –El mayor alzó su voz para que
le escuchara mientras se acercaba paso a paso.
- A esta hora no vienen a las aulas…
- Has aprendido mucho en este tiempo…
- Gracias a cierta persona lo aprendí a la fuerza.
Kaoru se mantuvo observando hacia fuera, teniendo una mirada algo triste
en sus ojos, pues la discusión de antes le había afectado más de lo que le
gustaría aceptar.
- Puede ser… ¿Quieres hablar? –Por fin Kyouya había llegado a su lado,
manteniendo la distancia para no incomodar al menor.
- No… Es que… Tsk… ¿Cuándo aprenderá a no meterse en mis asuntos? Es mi
vida...
- Lo has mimado demasiado, Kaoru…
En un suspiro el pelirrojo se volteó para ver a su interlocutor, demostrándole
con su mirada que claramente no estaba ayudando; lentamente se alejó de la
ventana para apoyarse en el escritorio de profesor. El secretario, le observó,
quedándose en su lugar.
- ¿Nunca lo has hablado con él?
- Es… Difícil… Sigue con la misma actitud que tenía en secundaria…
- Pues si no lo hablas volverá a pasar algo como lo del pasillo…
Al escuchar eso el profesor de literatura se quedó callado, bajando la
mirada apenado, ya que hubiera preferido que aquello no ocurriera. Kyouya, por
su parte, se acercó para tomarle del mentón, obligándole a levantar la mirada, aprovechando
en ese accionar para acariciar la mejilla ajena.
- Sé que podrás solucionar esto…
- C-Cállate… No hables como si supieras de mí…
Habiendo dicho eso, Kaoru intentó alejarse del contrario, siendo
acorralado por este sin más escapatoria; observó a su obstáculo, sintiendo su
rostro arder con fuerza.
- Yo creo que sí sé de ti…
- Tienes razón… Lo suficiente como para herirme sin siquiera esforzarte…
Déjame, Kyouya.
Nuevamente trató de irse aunque no lo consiguió, pues el otro era un
poco más grande que él de cuerpo, logrando impedir su paso con cierta
facilidad.
- Kaoru, vine a hablar sobre eso… Por favor.
- Sabes que puedes hablarme sin estar así de pegado…
Ante aquellas palabras, el secretario se separó lentamente del ajeno,
observándole fijamente.
- ¿Qué es lo que quieres hablar?
- No puedo continuar así… -El de anteojos trataba de ordenar sus
pensamientos para no estropearlo, después de todo, estaba dejando casi por
completo su orgullo de lado- Lo que pasó en ese entonces… Yo era muy joven… Un
idiota prácticamente… No medí las
consecuencias que eso podría llevar y... –Justo en ese momento el menor le
interrumpió.
- No me vengas con juegos, Kyouya, eras lo suficientemente maduro, de
seguro mediste las consecuencias… Solo… Solo quiero saber por qué…
Las palabras del menor eran más que serias, al igual que su expresión, claramente
quería la verdad sobre lo que había ocurrido hacía tantos años. El mayor dejó
escapar un suspiro de derrota, pensando por dónde empezar.